Si hoy escribiera un cuento,
sería de alguien que nunca se quiera acostumbrar a mí, que me cambie los nombres.
Alguien que me guiñe un ojo y me haga
pensar en lo que sucede a mi alrededor sin dejar pasar un segundo sin vivirlo.
Alguien que en lugar de inventarme o hacerme parecer a otra, quiera vivirme,
sentirme y crecer conmigo. Alguien que sea un constante ensayo y error. Alguien
imperfecto, como yo.
Hay que asumir que no somos
perfectos. Yo, he abusado bastante de mí, siendo exigente y altamente
predecible en todo momento.
¿Por qué siempre vamos por la
vida haciendo lo correcto? Hemos pensado que es una exigencia vital.
Hoy me voy a relajar.
Si me
equivoco tengo dos opciones. Enfadarme conmigo misma y luego quitarme el enfado
o dos, mucho menos políticamente correcta y, mandarlo todo a tomar por saco
(aunque sea por unos minutos)
Hoy voy a liberarme, como
quien repite un mantra, hoy renunciaré a un curso por internet que me hace
superinfeliz,.... porque puedo, porque me gusta ser un poco rebelde y, muy
probablemente sea un acierto y, me conceda tiempo para escribir de nuevo en mi
blog y, porque, aunque no lo creáis me gustan los errores a propósito.
Liderar tu vida, conlleva a
ser consciente de todo a tu alrededor y, de todo en tu interior. Tu cuerpo, tu
mente y tu sentido común, te dan pistas de lo feliz o infeliz que eres por
hacer o deshacer pensamiento, sentimientos o planes que tenías preparado.
Liderar tu vida es eso
vivirla, compartirla con quien quieras y donde quieras, online u offline.
Lidéralo todo, incluso tus
errores consentidos.