lunes, 17 de diciembre de 2012

Como no dirigir nuestros pasos


Con todos los cambios que están amenazando nuestro actual sistema de vida, podemos pensar que estamos viviendo en una época de cambio, pero si profundizamos algo más, no deberíamos plantearnos que, ¿estamos viviendo un cambio de época?

Los jóvenes somos cada vez más reactivos y nos guiamos por nuevos modelos motivadores, de hecho cuanto más viejo sean tus pensamientos y modos de posicionarte ante la realidad, este cambio de época será mucho más difícil.

Uno de los errores más comunes que cometen los de la antigua escuela es pensar que se puede tener el control sobre todo, las personas que nos rodean, las situaciones, tu propio trabajo.

Bastará con echar una mirada a nuestra oficina (aunque sea la del SAE), observar, mirar lo que hacen, leer la prensa, hablar de forma humana con empleados/as y desempleados/as. No tenemos, ni debemos saberlo todo, no somos máquinas.

Aceptemos que con toda la información recabada, aun así, podemos cometer errores. Todos/as somos humanos/as. Sólo con los errores conseguiremos cambios creativos y aprenderemos de ellos sin desterrarlos.

Hay que positivar el esfuerzo no sólo con el final del camino, sino por todo lo recorrido. Pocos llegaremos hasta el final, pero quizás, lo mejor está en medio del camino, aprovechémoslo.

Invirtamos en nosotros/as, forcemos nuestro cambio generando y siendo artífice del mismo, con las herramientas adecuadas. Escúchate y valora tus ideas.

Piensa que a veces la recompensa económica no lo es todo, el trato humano, la relaciones, las experiencias pueden tener mucho más valor en tu entorno competitivo de actuación.

No todo está inventado, tú eres el creador, imprime tu valor

Lidera tu cambio.