Muchos de nosotros y de nosotras,
creemos que nos conocemos, pero, ¿no os ha pasado alguna vez que hemos tomado
una decisión que hasta a nosotros nos ha sorprendido? O, hemos dicho algo en un
momento dado que ni siquiera pensamos y, al escuchar nuestra propia respuesta,
pensamos ¿he sido yo quien ha dicho eso?
Todos y todas estamos sujetos a
nuestro propio sistema de creencias, analizarlas es importante para descifrar
nuestras opiniones más importantes, ya que estas van a influir directamente
sobre nuestras decisiones a lo largo de toda nuestra vida.
Y llegados a este punto, me
podréis preguntar que camino seguir para saber cuales son nuestras creencias,
ya que muchas de ellas se esconden tras nuestras actitudes y aptitudes.
Las creencias son como unas gafas
graduadas. A mi me encanta este ejemplo, dado que soy miope y llevo gafas. Es
por ello que las necesito para que mis ojos definan bien las imágenes y, no me
de un tortazo con la pared. Pero las gafas a las que me refiero son invisibles para
nosotros y, no nos la podemos quitar, porque ni siquiera sabemos que las
llevamos.
Como todas las gafas graduadas
nos hacen ver el mundo de una determinada forma. Cada uno de nosotros llevamos
nuestra propia graduación. Además, cada uno llevamos un color diferente de
cristales. Recordáis el dicho de, "nada
es verdad, ni nada es mentira, todo depende del cristal con el que se mira",
pues algo así son nuestras creencias.
La palabra creencia parece estas
ligada a temas religiosos,... "yo soy creyente" y, bien puede tener
parte de razón, porque muchas de ellas sólo se defiende mediante la fe.
Como en todo, existen varios
tiempos de creencias. Están las que nos limitan, nos paralizan e inhabilitan
para desarrollar determinadas acciones. Pero también está las creencias
positivas, las potenciadoras que son las que nos ayudan a realizar actos y, que
nos van a potenciar para emprenderlos.
Pues bien, antes he dicho que, me
podéis preguntar por el camino a seguir para describir nuestras creencias más
ocultas, ¿verdad?, y lo podéis hacer.
Es muy fácil identificarlas con
este ejercicio.
Primero ponte en situación.
Plantéate que quieres montar una empresa.
Tendrás que saber cual es tu
posición ante el emprendimiento: me gusta, no me gusta, me da miedo, reparo, creo
que tengo que estar más preparado para ello, quizás te plantees que el
emprendimiento es sólo para unos pocos, o que no es para todo el mundo.
Si piensas que emprender es algo
que te gusta, te motiva y que estás preparado para ello, es una creencia potenciadora,
dado que es la primera vez que te planteas crear una empresa. Si por el
contrario, crees que emprender no es para todo el mundo, te estás limitando.
Lo mismo puedes hacer cuando te
estés planteando el cambiar de trabajo, buscar nuevas oportunidades o,
enfrentarte a ese proceso de selección para un puesto del que crees, que no
está hecho para ti.
Piensa que creencias tienes
respecto a la acción que pretender realizar. Si son creencias limitantes, puede
que debas cambiar de gafas.
Lidera tu manera de ver el mundo.
Limpia tus gafas de creencias limitantes.