La
semana pasada tuve el placer de dar una conferencia en las III Jornadas de
Internacionalización en la Universidad de Cádiz.
Uno
de los puntos fuertes de mi ponencia fue la explicación de los tres componentes
del éxito. Elementos que al mezclarse forman un cóctel explosivo de resultados positivos.
En
ocasiones, cuando nos ponemos a imaginarnos en el futuro, desarrollando una
profesión o, una faceta personal, nos inventamos lo que llamamos "una
película mental", en la que tenemos una meta.
Según
nos veamos en esta película, así serán nuestros resultados, es por ello, que
cuando soñemos, lo hagamos siempre a lo grande. Si somos capaces y, conseguimos
levantar una piedra del doble de nuestro tamaño, en nuestros sueños tenemos que
ser capaces de levantar una catedral.
Si
queremos sentirnos mejor y , mejorar de manera extra nuestro momento laboral,
ganar más dinero, ampliar mis relaciones personales, u otros tantos, no nos
debemos conformar con pensar en pequeño, hay que atreverse a soñar en grande.
Para
que nuestra película se traduzca en un Oscar, debemos saber gestionar sus
características y, diseñar su guión según nuestros pensamientos y estados, para
obtener el éxito.
Ahora
eres el director o la directora, así que.... Rodando.... Cámaras.... Acción
Tu
salud es radiante y, te ves bella o guapísimo y, lo mejor es que te sientes
superfeliz. Estás triunfando en tu proyecto empresarial, todo fluye y el éxito
se sienta a tu lado.
Como
el/la director/a estas viendo tu escena y, decides adornarla de todo lo mejor.
Tu despacho tiene unas vistas impresionantes, el ambiente es cálido, el diseño
es ideal, todo creado para desarrollar tus sentidos y fomentar tu creatividad.
Ahora
decides aumentar los premios que tienes en la vitrina, pasan de ser cinco a ser
veinte premios por tu brillante trayectoria y, a mayor tamaño tenga el premio,
mayor importancia tendrá para tu carrera.
Procura
no hacerlos demasiado grande, ocuparan toda la pantalla, pero, sienta bien
hacerlo. Exponer nuestros triunfos y éxitos.
Vaya
al final he movido demasiado los trofeos y, tengo que bajarme de la silla y,
entrar en escena. Ahora soy el/la protagonista. Me veo bien, me siento bien y,
todo es perfecto. Mi despacho, mi trabajo, el curso de mi carrera, mi
proyección personal, mi cartera de valores. Me siento como deseo sentirme.
Muy
bien, la película ya está grabada, ahora programala en tu mente y comienza a
actuar como el director de tu película.
Realizar
una película mental a lo grande o, con bajo presupuesto cuesta lo mismo, pero
el resultado es tremendamente distinto.
Mi
consejo al final de la ponencia fue el siguiente, si piensas en pequeño,
conseguirás pequeñas cosas, si tu propósito es grande, piensa en grande.
Internacionalizarse no es cuestión de pensar en pequeño.
La
clave para el cóctel del éxito está en la capacidad profesional, en la
capacidad financiera, pero la mayor proporción de ingrediente mágico, está en
tu propia capacidad de NO SENTIRTE PEQUEÑO, SINO CAPAZ.
Lidera tu éxito.