Se acerca la Fiesta Nacional de Todos los Santos y, el posterior día de Todos los Difuntos y, tan acostumbrados a adquirir nuevas modas y costumbres extranjeras en las últimas décadas se celebra también Hallowen.
Las calles, las casas y sobre todo los centros comerciales se llenan de calabazas terroríficas, de fantasmas, de brujas con sus sapos y culebras y, todo se tiñe de negro y naranja. Nos gusta sentir miedo.
Dentro de todos y todas hay algo oculto y misterioso, que se esconde en nuestras sombras para hacernos ver las cosas que, en verdad, puede que no existan como tal.
Pero..... están hay.....
No me refiero a esos miedos infundados por una película, historia o superstición. Es un miedo inducido y estimulado constantemente por nosotros mismos y por nuestras creencias que no se basan en la lógica y son la fusión resultante de no coincidir con la realidad.
Lo "real", lo "no real"
Todo está impregnado de nuestra interpretación personal de la realidad, es sólo cuestión de fe. Es posible cambiar las creencias y pasar al saber. Nada más ni nada menos. Mejorar y dedicarse a vivir.
Me refiero en concreto a las creencias limitadoras, a tu sistema de creencias que es único y diferente al de cualquier persona. Esto determina tu forma de ver el mundo y, de verte.
Todas las personas que te rodean han modificado, tu pensamiento, comportamiento y, eso se ha convertido en tu verdad.
Es tiempo de revisión, de cuestionarse. Cuestiona tus creencias, ponlas en interrogación. Descubre la verdad que más te gusta y vívela como única.
No liderar tus creencias se puede convertir en una auténtica historia de terror.
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