¿Te gusta conducir?

Hoy he renovado el carnet de conducir, es increíble como pasan los años, no porque sea más mayor, sino porque soy mucho más experta al volante.

Cuando estaba delante de la máquina simuladora con sus luces, sus sonidos y sus colores, igual al tablero de mandos del coche, que se encienden e indican que ha subido la temperatura, o que tengo que repostar pronto, me hizo sentir como cada emoción tiene también un estímulo en nosotros.

Cada emoción es una luz de tonalidad específica que se enciende e indica que existe un problema. Por lo tanto, las emociones son aprovechadas completamente cuando uno aprende qué problema específico detecta cada emoción y, cuál es el camino que resuelve el problema detectado. Aunque a veces, como me ocurrió en una ocasión, por falta de experiencia llené el depósito del agua de líquido de frenos.

La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones

comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones de la vida cotidiana, desarrollar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará más posibilidades de desarrollo profesional y personal.

Las emociones son impulsos para actuar, es decir, disposiciones para la acción. Como frenar cuando llegas a un semáforo en rojo, o parar cuando se enciende la luz de refrigeración.

Estas tendencias biológicas (historia personal y social) guían nuestras decisiones, trabajando en colaboración con la mente racional y permitiendo el mismo pensamiento.

Desarrollar competencias emocionales y relacionales es un entrenamiento que consiste en mezclar acción y reflexión, para lograr una mayor efectividad en el logro de nuestros objetivos personales y profesionales.

Conocer nuestro propio cuadro de mandos como clave para intervenir en nuestras emociones y desarrollar actitudes más efectivas y para distinguir entre el depósito del líquido de frenos y el depósito del líquido refrigerante, entre emociones y estados de ánimos para establecer estrategias de actuación.

Aprender a conducir con prudencia y adecuando las emociones a las circunstancias que nos toca vivir, es decir, al terreno por el cual conducimos.

Saber intuir las maniobras de los demás conductores, pudiendo así desarrollar empatías y mejorar las condiciones de circulación.

Por suerte, he renovado sin problemas el carnet de conducir, ahora me queda aprobar el carnet emocional que me llevará a conseguir mis objetivos personales.

Lidera tus emociones y dirígelas hacia el éxito.