Buscando
una buena frase para introducir este post sobre el Talento, he encontrado una
de Bill Gates que me ha gustado y os la comparto:
"Si 20 personas concretas dejaran Microsoft,
la empresa quebraría"
¿A
quien no le gustaría formar parte de ese grupo de personas que imprimen su
carácter en todo lo que hace y que se convierten en imprescindibles para sus
organizaciones?
El
talento es el valor que nos hace diferentes, que marca la diferencia por
excelencia y, las organizaciones lo saben, porque de ese valor depende
directamente su competitividad. Desde este punto de vista, las organizaciones
son las responsables de desarrollar ese valor diferencial y retener el talento
de sus equipos humanos.
Ahora
bien, que debe desarrollar la empresa, nuestros talentos aprendidos o nuestros
talentos innatos.
El
talento natural a diferencia del talento aprendido es que la persona lo puede
dejar de ejercer por mucho tiempo y volver a usarlo con la misma destreza que
cuando dejó de usarlo. Por el contrario, el talento aprendido requiere de ser
ejercitado continuamente para no perder la destreza. Indudablemente, los
talentos innatos son los que más resaltan.
Yo
prefiero diferenciarlos entre talentos puros y habilidades adquiridas. Dado que
el talento es una manifestación de la inteligencia emocional, es una aptitud
que te hace sobresalir de un grupo al realizar una tarea de un modo más eficaz
y eficiente respecto a todos los demás.
Si
vemos el talento desde el punto de vista organizacional, hablamos de potencial
para ejercer una actividad, así pues, imprimirle valor.
Las
organizaciones deben desfragmentar el talento para repensar conocimientos y
actitudes, para así, obtener el máximo desarrollo personal y profesional.
Para
ello, debe diferenciar entre:
Potenciar el talento: conjugando el talento con la experiencia de la
persona.
Gestionar el talento: Sumando esfuerzos, cooperación y trabajo en equipo.
Desarrollar el talento: asociando crecimiento y maduración intrapersonal.
Así
pues, creo que para una organización la dicotomía entre talento y habilidad va
más allá.
Se
valora el talento por el rendimiento de las ideas, por el aprovechamiento de
las mismas y no por la cantidad de las mismas y, por la capacidad de adaptación
permanente.
Hay
mucho que pensar sobre nuestros talentos y marcas de diferenciación. En un
entorno global donde la "titulitis" y la "masteritis" están
tan extendidas, debemos extender y entender nuestros talentos para ser únicos y
únicas.
Lidera
tu marca de diferenciación.
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