miércoles, 17 de septiembre de 2014

EL SECRETO DE TUS TALENTOS

Buscando una buena frase para introducir este post sobre el Talento, he encontrado una de Bill Gates que me ha gustado y os la comparto:

"Si 20 personas concretas dejaran Microsoft, la empresa quebraría"

¿A quien no le gustaría formar parte de ese grupo de personas que imprimen su carácter en todo lo que hace y que se convierten en imprescindibles para sus organizaciones?

El talento es el valor que nos hace diferentes, que marca la diferencia por excelencia y, las organizaciones lo saben, porque de ese valor depende directamente su competitividad. Desde este punto de vista, las organizaciones son las responsables de desarrollar ese valor diferencial y retener el talento de sus equipos humanos.

Ahora bien, que debe desarrollar la empresa, nuestros talentos aprendidos o nuestros talentos innatos.

El talento natural a diferencia del talento aprendido es que la persona lo puede dejar de ejercer por mucho tiempo y volver a usarlo con la misma destreza que cuando dejó de usarlo. Por el contrario, el talento aprendido requiere de ser ejercitado continuamente para no perder la destreza. Indudablemente, los talentos innatos son los que más resaltan.

Yo prefiero diferenciarlos entre talentos puros y habilidades adquiridas. Dado que el talento es una manifestación de la inteligencia emocional, es una aptitud que te hace sobresalir de un grupo al realizar una tarea de un modo más eficaz y eficiente respecto a todos los demás.

Si vemos el talento desde el punto de vista organizacional, hablamos de potencial para ejercer una actividad, así pues, imprimirle valor.

Las organizaciones deben desfragmentar el talento para repensar conocimientos y actitudes, para así, obtener el máximo desarrollo personal y profesional.

Para ello, debe diferenciar entre:

Potenciar el talento: conjugando el talento con la experiencia de la persona.
Gestionar el talento: Sumando esfuerzos, cooperación y trabajo en equipo.
Desarrollar el talento: asociando crecimiento y maduración intrapersonal.

Así pues, creo que para una organización la dicotomía entre talento y habilidad va más allá.

Se valora el talento por el rendimiento de las ideas, por el aprovechamiento de las mismas y no por la cantidad de las mismas y, por la capacidad de adaptación permanente.



Hay mucho que pensar sobre nuestros talentos y marcas de diferenciación. En un entorno global donde la "titulitis" y la "masteritis" están tan extendidas, debemos extender y entender nuestros talentos para ser únicos y únicas.

Lidera tu marca de diferenciación.



No hay comentarios :

Publicar un comentario