miércoles, 24 de julio de 2013

LA INTELIGENCIA DESCANSA Y LA PEREZA CANSA

Las mujeres y los hombre, supuestamente civilizados/as solemos tomarnos vacaciones, a veces siete días, otros 15 y, 30 días los/as afortunados/as.
Las vacaciones consisten en un periodo de tiempo donde puedo cambiar de lugar, tener más o menos actividades lúdicas o de relax y, puedo abandonarme al pairo.
En definitiva, las vacaciones son una oportunidad para vaciarnos de tensiones, sobrecarga emocional y preocupaciones.
En mi anterior post, describía una situación algo estresante provocada por alguien que no sabe descansar, y se aferraba a gestionar su tiempo de vacaciones como tiempo de trabajo efectivo. Es importante resaltar que las semanas que se toman de vacaciones son un tiempo de paso y lo estable es el resto del año, es decir, los otros largos 11 meses.
Bien es cierto que una inactividad total nos puede llevar a la frustración, dado que estamos acostumbrados/as a hacer cosas y ser productivo/a, por lo tanto, algo de planificación no debe ser estresante, por ejemplo, buscar un tiempo y un espacio para leer ese libro que hemos estado retrasando.

Debemos utilizar las vacaciones para reponer fuerzas y cargar las pilas. Más que una necesidad es un derecho el regalarnos un descanso, pero cuidado, la pereza no es descansar. La pereza, la monotonía, la rutina y similares, no descansan…. Son agotadores, así como el aburrimiento.
Las vacaciones que más cansan son las que se realizan mal, sin orden, ni planificación.

Por lo tanto, amigos y amigas lideremos también nuestro descanso vacacional y, hagamos lo que hagamos que nos descanse.

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